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Perro reactivo: qué es, síntomas y ejercicios para educarlo

Perro reactivo: qué es, síntomas y ejercicios para educarlo

Cuando nos referimos a un perro reactivo, hablamos de un animal que muestra respuestas exageradas o inadecuadas ante ciertos estímulos, como otros perros, personas o situaciones desconocidas. Estas respuestas pueden manifestarse de diferentes maneras, desde ladridos excesivos hasta intentos de morder. En este post, explicamos qué es un perro reactivo, cuáles son los síntomas que presenta, las causas que pueden desencadenar este comportamiento y cómo podemos trabajar para mejorar la situación.

¿Qué es un perro reactivo?

Un perro reactivo es aquel que responde de manera desproporcionada a estímulos que percibe como amenazantes o abrumadores. Esta reactividad no es necesariamente sinónimo de agresividad, aunque a veces puedan confundirse. La reactividad en perros puede manifestarse de diferentes maneras, como ladridos, gruñidos, intentos de ataque, o incluso huidas. La clave para entender este comportamiento es reconocer que la reacción del perro está impulsada por el miedo, la inseguridad o la frustración, más que por un deseo de hacer daño.

En general, un perro reactivo puede tener dificultades para manejar su entorno, especialmente en situaciones nuevas o estresantes. Esto puede llevar a que el perro sienta la necesidad de protegerse o proteger a su dueño de un peligro percibido. Por lo tanto, es crucial diferenciar entre reactividad y agresividad para abordar adecuadamente el problema.

Diferencias entre reactividad y agresividad

Es común confundir la reactividad en perros con la agresividad, pero es importante entender que son dos comportamientos distintos. La agresividad es una conducta que busca causar daño, mientras que la reactividad es una respuesta exagerada ante un estímulo, que no necesariamente tiene la intención de lastimar a alguien o algo.

Un perro agresivo puede actuar con la intención de morder, lastimar o defenderse de manera más activa. Por otro lado, un perro reactivo podría estar ladrando, gruñendo o mostrando los dientes como una forma de expresar su incomodidad o miedo, sin que esto signifique que quiera atacar. La reactividad es, en muchos casos, una respuesta defensiva ante un estímulo que el perro no sabe manejar.

Entender esta diferencia es fundamental para saber cómo abordar y trabajar con un perro reactivo, ya que el enfoque para tratar la agresividad puede ser diferente al que se utiliza para manejar la reactividad.

Cómo saber si mi perro es reactivo: señales

Un perro reactivo muestra una serie de señales que indican que está respondiendo de manera exagerada a ciertos estímulos, como otros perros, personas, ruidos o situaciones desconocidas. Reconocer estas señales es crucial para poder intervenir y ayudar a tu perro a manejar mejor sus emociones. A continuación, indicamos algunas de las señales más comunes de un perro reactivo:

1. Ladridos excesivos

Un perro reactivo puede ladrar de manera continua y frenética al encontrarse con un estímulo que le genera incomodidad o miedo. Este ladrido suele ser más agudo y persistente que en otras situaciones, y puede aumentar a medida que el estímulo se aproxima o se intensifica.

2. Gruñidos o muestra de dientes

Cuando un perro se siente amenazado o estresado, puede gruñir como advertencia para que el estímulo se aleje. Si la situación se intensifica, también podría mostrar los dientes como un signo de mayor incomodidad y como un intento de protegerse.

3. Tensión corporal

Un perro reactivo generalmente adopta una postura rígida y tensa. Esto incluye patas firmes, cola levantada o rígida, y orejas hacia adelante (si está alerta) o hacia atrás (si está temeroso). La rigidez en su cuerpo es una clara señal de que está preparado para una acción, ya sea de defensa o de huida.

4. Fijación visual

Un perro que está reaccionando a un estímulo puede fijar su mirada intensamente en aquello que le genera incomodidad. Este enfoque constante en el estímulo es una forma de anticipar lo que puede suceder, lo que incrementa su estado de alerta.

5. Intento de huida

En algunos casos, un perro reactivo puede tratar de alejarse del estímulo que le provoca estrés, ya sea tirando de la correa en dirección opuesta o intentando esconderse detrás de su dueño. Este comportamiento es una forma de evitar confrontaciones directas.

6. Respiración agitada o jadeo excesivo

La respiración rápida o el jadeo son signos de estrés en un perro. Si notas que tu perro está jadeando más de lo normal sin haber hecho ejercicio, esto puede ser una señal de que está reaccionando a algo que lo pone nervioso.

7. Babeo excesivo

El babeo, especialmente si no es común en tu perro, puede ser un indicativo de que está experimentando un alto nivel de estrés o ansiedad ante un estímulo.

8. Intento de morder o ataques

En casos extremos, un perro reactivo podría intentar morder, ya sea al estímulo que lo está perturbando o incluso a su propio dueño si intenta intervenir. Este comportamiento es una respuesta defensiva y no necesariamente una muestra de agresividad pura.

9. Dificultad para calmarse

Después de un episodio reactivo, un perro puede tardar en regresar a un estado de tranquilidad. Puede continuar estando nervioso, alerta o ansioso durante un tiempo, incluso después de que el estímulo haya desaparecido.

10. Vocalizaciones inusuales (lloros, aullidos)

Además de los ladridos y gruñidos, un perro reactivo puede emitir otros sonidos inusuales como lloriqueos o aullidos, que son formas adicionales de expresar su incomodidad o angustia.

Si observas alguna de estas señales en tu mascota, es posible que estés lidiando con un perro reactivo. En este caso, es fundamental comprender las causas detrás de su comportamiento para poder intervenir de manera efectiva.

Causas de la reactividad en perros

La reactividad en perros puede tener diversas causas, ya que cada perro es único y su comportamiento puede estar influenciado por factores emocionales, experiencias pasadas y hasta por su genética. Sigue leyendo para conocer algunas de las causas más comunes que pueden provocar que un perro se vuelva reactivo.

Frustración

La frustración es una de las causas más comunes de la reactividad en perros. Un perro puede sentirse frustrado cuando no puede acceder a algo que desea, como interactuar con otro perro o alcanzar un juguete. Esta frustración acumulada puede llevar a respuestas reactivas, como ladrar, tirar de la correa o incluso intentar morder.

Por ejemplo, un perro reactivo durante el paseo puede ladrar y tirar de la correa cuando ve a otros perros porque se siente frustrado al no poder acercarse a ellos. La clave para manejar esta frustración es enseñarle al perro a manejar mejor sus emociones y a canalizar su energía de manera más positiva.

Inseguridad

La inseguridad es otra causa frecuente de reactividad en perros. Los perros reactivos por inseguridad suelen sentirse amenazados por estímulos que no comprenden o que perciben como peligrosos. Esta inseguridad puede deberse a una falta de exposición a diferentes situaciones durante su etapa de socialización o a experiencias negativas en el pasado.

Un perro reactivo con otros perros puede estar actuando desde un lugar de inseguridad, sintiendo que debe protegerse a sí mismo o a su dueño de un peligro percibido. Trabajar en la confianza del perro y exponerlo gradualmente a diferentes estímulos puede ayudar a reducir su reactividad.

Miedo

El miedo es una causa principal de reactividad en perros. Un perro que ha tenido experiencias traumáticas o que no ha sido adecuadamente socializado puede reaccionar de manera exagerada ante estímulos que le provocan miedo. Este miedo puede manifestarse en forma de ladridos, intentos de huida o incluso agresividad.

Un perro reactivo durante el paseo puede mostrar signos de miedo cuando se encuentra con personas desconocidas, bicicletas, coches o cualquier otra cosa que le resulte intimidante. Es esencial trabajar en la desensibilización de estos miedos para ayudar al perro a sentirse más seguro en su entorno.

Mala o falta de socialización temprana

La mala o falta de socialización temprana es un factor que puede contribuir significativamente a la reactividad en perros. Un perro que no ha sido expuesto a diferentes personas, animales, entornos y situaciones durante su etapa de desarrollo puede crecer siendo temeroso e inseguro. Estos perros son más propensos a desarrollar reactividad porque no han aprendido a manejarse adecuadamente en diferentes contextos.

Un perro reactivo con otros perros que no ha sido socializado correctamente puede sentir miedo o ansiedad al interactuar con sus congéneres, lo que lleva a respuestas reactivas. La socialización temprana es clave para prevenir estos problemas y enseñar al perro a interactuar de manera segura y positiva.

Cómo trabajar la reactividad en perros: ejercicios

Si tienes un perro reactivo, es fundamental trabajar con él para reducir sus respuestas exageradas y ayudarlo a sentirse más cómodo en diferentes situaciones. Aquí te presentamos algunos ejercicios para perros reactivos que pueden ayudarte en este proceso:

Desensibilización y contracondicionamiento: Estos ejercicios consisten en exponer gradualmente a tu perro al estímulo que provoca su reactividad, pero de manera controlada y en dosis pequeñas. La idea es que tu perro asocie este estímulo con algo positivo, como un premio o un juego, en lugar de con miedo o inseguridad.

Entrenamiento de obediencia: Trabajar en los comandos básicos, como "sentado", "quieto" y "ven", puede ayudar a redirigir la atención del perro en momentos de reactividad. Esto no solo mejora su comportamiento, sino que también refuerza el vínculo entre el perro y su dueño.

Ejercicios de enfoque: Enseñar a tu perro a que se enfoque en otra cosa, a que te mire o simplemente distraer su atención, cuando se encuentra con un estímulo que lo hace reaccionar es una herramienta muy poderosa. Usa premios o juguetes para mantener la atención del perro en ti y no en lo que lo pone nervioso.

Ejercicio físico regular: Un perro que no tiene suficiente ejercicio puede acumular energía que luego se manifiesta en forma de reactividad. Asegúrate de que tu perro tenga la cantidad adecuada de ejercicio físico diaria para mantener su mente y cuerpo equilibrados.

Juegos mentales y de olfato: Estos juegos ayudan a mantener la mente de tu perro ocupada y a reducir el estrés. Puedes probar con juegos de búsqueda de comida, rompecabezas o puzzle interactivos para perros o sesiones de olfateo.

¿Qué hacer si tu mascota es reactiva con otros perros?

Si tu perro reactivo con otros perros muestra signos de incomodidad o agresión, es importante abordar este comportamiento de manera adecuada para evitar situaciones peligrosas. 

Aquí te dejamos algunos consejos sobre cómo educar a un perro reactivo en estos casos:

Evita los encuentros directos: Si sabes que tu perro es reactivo con otros perros, intenta evitar los encuentros cara a cara hasta que hayas trabajado en su reactividad. Opta por rutas de paseo donde sea menos probable que se cruce con otros perros.

Mantén la calma: Los perros pueden percibir nuestras emociones. Si te pones nervioso o tenso al ver otro perro, tu mascota lo notará y su reactividad puede aumentar. Mantén una actitud tranquila y relajada, sobre todo no se lo transmitas por medio de la correa.

Trabaja a distancia: Comienza trabajando con tu perro a una distancia segura de otros perros, donde no muestre signos de reactividad. Poco a poco, reduce la distancia mientras mantienes el control y el enfoque de tu perro en ti.

Refuerza el comportamiento positivo: Cada vez que tu perro ignore a otro perro o mantenga la calma, refuérzalo con un premio o una caricia. Esto le ayudará a asociar la presencia de otros perros con algo positivo.

Busca la ayuda de un profesional: Si la reactividad de tu perro es severa, puede ser necesario trabajar con un adiestrador canino o un especialista en comportamiento para desarrollar un plan de entrenamiento específico.

Qué no hacer ante un perro reactivo

Cuando estamos lidiando con un perro reactivo, es fundamental actuar de manera adecuada para no agravar su comportamiento y reforzar lo que no queremos. Aquí te explicamos qué no debes hacer:

No castigarlo

Castigar a un perro reactivo es una de las peores cosas que se pueden hacer. Los castigos, ya sean físicos o verbales, pueden aumentar el miedo, la ansiedad y la frustración en el perro, lo que a su vez puede intensificar su reactividad. Además, el castigo no aborda la causa subyacente de la reactividad y puede llevar a un aumento en la desconfianza hacia ti o hacia otras personas y animales.

En lugar de castigar, es mejor reforzar los comportamientos positivos y trabajar en ejercicios de desensibilización y contracondicionamiento para ayudar al perro a sentirse más seguro y tranquilo en situaciones que normalmente desencadenan su reactividad.

No agobiarlo

Evita agobiar a tu perro reactivo exponiéndolo a demasiados estímulos de golpe. Si tu perro es reactivo, llevarlo a un lugar con mucho tráfico de personas, otros perros o estímulos fuertes puede sobrecargarlo y empeorar su reactividad. Forzarlo a enfrentar situaciones que lo estresan sin un proceso gradual de adaptación sólo incrementará su incomodidad y su respuesta reactiva.

Es recomendable avanzar de manera lenta y controlada, exponiendo a tu perro a los estímulos que lo afectan en dosis pequeñas y manejables, siempre asegurándote de que se sienta seguro.

Premiarlo en el momento adecuado

Premiar a un perro reactivo es esencial, pero debe hacerse justo en el momento adecuado. Si premias a tu perro justo después de que haya reaccionado de manera negativa (por ejemplo, después de ladrar o gruñir), estarás reforzando ese comportamiento no deseado. El objetivo es anticiparse a la reacción y premiar el comportamiento tranquilo antes de que el perro se reactive.

Por ejemplo, si ves que tu perro está prestando atención a otro perro pero aún no ha comenzado a reaccionar, puedes recompensarlo por mantener la calma. Esto le enseña que comportarse de manera tranquila y controlada es lo que lleva a obtener una recompensa.

No tirar de la correa antes de tiempo

Cuando un perro reactivo durante el paseo comienza a mostrar señales de incomodidad o reactividad, tirar de la correa puede intensificar su reacción. Al tirar de la collares y correas para perros, puedes aumentar la tensión y la frustración del perro, lo que a menudo termina en un comportamiento todavía más reactivo.

En lugar de tirar de la correa, trata de redirigir la atención de tu perro hacia ti utilizando un comando, un juguete o un premio. Mantén la correa para perros lo suficientemente relajada como para que el perro no sienta la presión adicional, y guíalo fuera de la situación de manera calmada y controlada.

En resumen, tener un perro reactivo puede ser un desafío, pero con paciencia, consistencia y las técnicas adecuadas, es posible ayudar a tu mascota a superar su reactividad. Al interactuar con un perro reactivo, es esencial evitar comportamientos que puedan empeorar su reactividad, por eso, comprender las causas, identificar las señales y aplicar los ejercicios correctos son pasos fundamentales para mejorar el comportamiento de tu perro y asegurar que se sienta más cómodo y seguro en su entorno. Si necesitas ropa y accesorios para perros reactivos en tQel tenemos lo que necesitas. 



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